Orgasmos Femeninos. Derribando los tabués del placer

Orgasmos Femeninos. Derribando los tabués del placer

Históricamente, la “educación”sexual que hemos recibido se ha limitado a hablar de reproducción y salud sexual, es decir; cómo se produce un embarazo, cómo lo podemos evitar y cómo disminuimos la posibilidad de contraer una ITS. Los orgasmos femeninos han estado rodeados de estigmas por mucho tiempo.

¿Y dónde queda el placer? ¿Por qué si tener sexo o masturbarse es tan rico, nadie nos habla de eso desde una perspectiva educativa y orientativa?

Hablar de sexualidad femenina no solo representa hablar de un tema que hasta hace algunos años era considerado tabú, hoy, es también hablar de derechos, y entre ellos se encuentra el derecho al placer.

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Los orgasmos femeninos son un derecho

Pero este derecho nos fue arrebatado desde el inicio de los tiempos y reforzado por creencias patriarcales, religiosas y conservadoras que posicionaron a las mujeres como ciudadanas de segunda, por ejemplo:

  • Al pensar que las mujeres tenían la obligación de proporcionar placer a sus maridos y estar siempre a su disposición, mujer esclava.
  • Al confinar el placer femenino a fines reproductivos, mujer incubadora.
  • Al considerar que el placer de una mujer, solo puede venir de su encuentro con un hombre, mujer heterosexual.
  • Al reforzar la idea de que el deseo sexual y la masturbación es solo cosa de hombres, porque la lujuria femenina es del diablo, mujer santa y manca.
  • Al limitar el placer sexual al hecho de estar con una pareja estable, mujer fiel y “niña bien”.
  • Al hacernos entender el sexo y el placer en función del amor, pero el amor de otro, no el amor propio, mujer enamorada.
  • Al no invitarnos a dejar de fingir orgasmos femeninos, para no lastimar el ego de nuestra pareja o amante, mujer compasiva y siempre satisfecha.
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Educación sexual falocentrista

En la educación que recibimos nunca se nos dijo que es nuestro derecho tener un orgasmo o varios durante nuestros encuentros sexuales (casuales o formales) y que la relación sexual (heterosexual) no comienza con la erección del hombre en cuestión y termina con su eyaculación.

No nos dijeron que el universo erótico y del placer no debe encontrar sus límites en la fisiología masculina, sino en lo que seamos capaces de construir como mujeres, solas o acompañadas.

Mucho menos nos dijeron que tenemos todo el derecho del mundo a ser las protagonistas de nuestros propios orgasmos y que podemos autogestionar nuestro placer sin la necesidad de una pareja, solo porque sí, por placer, porque es rico y porque significa un gran acto de autocuidado y amor.

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Día Internacional del Orgasmo Femenino

El 8 de agosto se celebra desde el 2006 el Día Internacional del Orgasmo femenino.

Cuenta una leyenda (porque hay varias) que luego de que un brasileño llamado José Arimateia Dantas detectó en una encuesta realizada por los alumnos de la Universidad Federal de Piauíque que no todas las mujeres estaban teniendo orgasmos en sus encuentros sexuales, y se decretara esto como un problema de salud pública.

No solo porque la brecha del orgasmo fue y sigue siendo un problema, sino porque no se habla de ello, no se visibiliza, ni mucho menos se cuestiona. La cultura coitocentrista que nos vendió la idea de que solo se alcanza el orgasmo a través de la penetración. Muchas personas solo se quedan con lo que ven en la pornografía (que es como muchxs aprenden sobre sexo) pero eso está muy alejado de la realidad.

Este fin de semana es perfecto para poner sobre la mesa la sexualidad de las mujeres, y nuestro derecho a disfrutarla de manera libre, autónoma y segura. Es una buena oportunidad para celebrar ¿y cómo? ¡Teniendo un orgasmo!

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Así como hemos aprendido a que se respeten nuestros espacios en el trasporte público, nuestra opinión y otros aspectos de nuestra cotidianidad, hagamos valer nuestro derecho al placer.

Conozcamos nuestros cuerpos, exploremoslos y protagonicemos nuestra sexualidad, perdamos el miedo a hablar y pedir lo que nos gusta, ser claras en lo que no nos gusta y más importante, practiquemos el auto amor, como un acto de resistenciay cuidado; no esperemos a que alguien nos de un orgasmo, provoquemos los nuestros.

No dejen que termine el fin de semana sin que tengan un orgasmo, y sobre todo, no dejen de hablar de orgasmos femeninos. Hay que visibilizarlos.

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