¡Soy joto! Insultos transformados en resistencia

¡Soy joto! Insultos transformados en resistencia

La represión hacia grupos minoritarios siempre ha sido expresada con términos despectivos e insultos. Históricamente han habido palabras que se han relacionado directamente con el rechazo hacia las comunidades LGBTTTIQA+, las personas racializadas y hasta las mujeres. En este texto repasamos cómo palabras como «Queer» «Joto» o «Tortillera» se han convertido en un símbolo de lucha y resistencia.

El contexto histórico del lenguaje

Para empezar, es necesario familiarizarnos con el contexto de palabras que han sido usadas históricamente para reprimir a minorías.

Por ejemplo, el término «Queer» en el Inglés, que se traduce como «raro» y se utilizaba principalmente para describir a una persona que no se adecuaba a las normas sociales dominantes o tachada como «anormal», sobre todo a personas de las comunidades LGBTTTIQA+.

En México, la palabra Joto nació por allá de 1910, época en la que muchos homosexuales eran privados de su libertad y torturados en la crujía ‘J’ de la antigua cárcel de Lecumberri; una práctica normalizada desde el Estado que se mantuvo por muchos años.

IG: Savagesal

En el caso de las lesbianas, un término que se utilizaba para referirse a ellas era «tortillera», expresión viene de la palabra ‘torticera’, derivada de la latina tortus, con el significado de torcida.

Todas estas palabras han sido utilizadas por años como insultos para discriminar a las personas diversas. Sin embargo, desde hace tiempo se han re apropiado y re significado para convertirse en una forma de protesta.

A partir de los años 90, lo queer se fue expandiendo hasta convertirse en una teoría. Ahora es una corriente que se refiere a la diversidad de orientaciones, expresiones e identidades que rompen estigmas de lo que la sociedad acepta. En México, las palabras joto y tortillera se han estado convirtiendo en un estandarte de orgullo y expresión que está en el lenguaje y en los contenidos que se producen desde las comunidades diversas.

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La opresión que se convirtió en lucha

Pero, ¿Por qué reapropiarse de estos términos? La realidad es que no solo la comunidad LGBTTTIQA+ lo han hecho, las personas negras también y es la razón por la que actualmente solo ellos pueden decir «la palabra con N» que durante muchos años fue utilizada de manera racista y discriminatoria. Hoy la carga política y social de estos términos va mucho más allá de un insulto como se conocía.

La reapropiación de estas palabras y volverlas un estandarte tiene un objetivo completamente político, una postura que deja ver la exigencia de sus derechos y abrazar términos peyorativos y volverlos suyos, convertir el insulto en fuerza. Usarlas con dignidad y cariño, nunca despectivamente.

Encontrar significados nuevos que no tengan connotaciones marginatorias y excluyentes es una forma de lucha y de rendir homenaje a todas esas personas que lo último que escucharon antes de morir fue alguno de estos insultos.

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Por qué las personas cis-hetero y blancas no pueden replicarlas

Esto no significa que entonces las personas que no pertenecen a la comunidad puedan utilizar términos como «joto» «maricón o «lencha» con libertad y como si fuera cualquier cosa. Tampoco significa que las personas caucásicas o morenas puedan decir la ‘N word‘. Entender que esta reapropiación solo puede ser por parte de quienes han sufrido discriminación directa con estas palabras es fundamental.

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También necesitamos ser conscientes de que no todxs se sienten cómodxs cuando les llaman así, lo mejor es siempre hablar del tema y llegar a acuerdos mutuos. Algo parecido a lo que sucede con los pronombres y el lenguaje incluyente.

Sabemos que esos términos jamás podrán eliminarse del lenguaje, sobre todo en personas que buscan degradar e invalidar la diversidad, pero qué mejor que llenarlos de vida y fuerza. En un mundo donde la LGBT+fobia y el racismo siguen presentes, portar con dignidad este estandarte es una forma de existir y resistir.

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