Salud Incluyente. Bienestar sin estereotipos ni opresiones

Salud Incluyente. Bienestar sin estereotipos ni opresiones

El universo de la salud siempre ha estado regido por estereotipos y estigmas que han llevado a algunas personas a ser discriminadas. Por mucho tiempo, el acceso digno a un sistema de salud se ha limitado conforme al nivel socioeconómico y hasta el peso, la edad y el color de piel.

En este texto exploramos la Salud Incluyente y sus manifestaciones en redes sociales, una energía que forma parte de nuestro Trend Forecast 2022.

La salud y opresiones históricas

El emergente paradigma de salud responde a estereotipos y opresiones históricas, se mueve hacia un mayor sentido de justicia, desmontando estereotipos, promoviendo la aceptación y visibilizando problemáticas de personas históricamente discriminadas. 

Muchas personas viven situaciones de racismo, clasismo y gordofobia, impidiéndoles tener una consulta médica o acceso al sistema de salud que no esté basado en los estereotipos y opresiones a las que se enfrentan.

Reconocer que la salud también es un sistema que deja desprotegidas a personas diversas, es necesario para poder visibilizar esta problemática y actuar al respecto.

El activismo de la salud incluyente

Los actuales movimientos sociales, económicos y políticos que están transformando la historia del mundo impactan directamente en las narrativas del bienestar. Hoy la salud se reconoce y expone como un privilegio.

Profesionales de la salud, personas racializadas y personas de cuerpos grandes intentan generar conciencia sobre esta problemática y quitar los estigmas. Que el tener un acceso digno a la salud no sea solo una ventaja para personas blancas y delgadas.

Intentan hacer reflexionar de que movimientos como el body positive no son realmente útiles si las opresiones de la vida cotidiana siguen sucediendo y no se ataca desde la raíz del problema.

¿Cómo hacer un sistema de salud incluyente?

En el universo de la salud hoy se pugna por la inclusión de todas las personas independientemente del tamaño de su cuerpo, etnia, género, orientación sexual, edad, nivel socioeconómico o capacidades físicas y mentales, con el objetivo de buscar una vida digna y próspera para todos, todas y todes. 

Esto va desde el mismo personal de salud, las marcas y la sociedad en general. Entender que las personas empiezan a tomar sus derechos y el lugar que les corresponde y es mejor empezar a cuestionar hasta el más mínimo contexto de la vida cotidiana.

Es importante que las marcas comprendan los nuevos paradigmas de salud y que dejen de representar a las personas saludables exclusivamente blancas, jóvenes, delgadas, “bellas”, felices y exitosas. La salud no se mide únicamente con el peso, el color de piel o la edad. 

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