Adiós a la Tecnoutopía y a los unicornios que se caen

Adiós a la Tecnoutopía y a los unicornios que se caen

Adiós a la Tecnoutopía y a los unicornios que se caen

Con tecnoutopía hacemos referencia al futuro prometedor que hace unos años las grandes empresas de tecnología y entretenimiento como Meta, Twitter, Amazon y Disney nos ponían sobre la mesa. Sin embargo, eventos recientes nos han hecho pensar que decir adiós a la tecnoutopía podría estar más cerca que nunca. 

Pero, ¿qué sigue para nosotros en el mundo digital?

Silicon Valley: la tierra prometida y su fin

En el estado de California, EE.UU., existe un amplio terreno que desde hace años ha sido la casa de las principales empresas de tecnología de todo el mundo. En sus inicios, anteriores a la Segunda Guerra Mundial, la Universidad de Stanford buscó un lugar en el cual sus estudiantes pudieran establecer sus proyectos enfocados a la tecnología y así fue como nació todo.

Así, las ciudades californianas como Cupertino, San José, Mountain View y Palo Alto vieron crecer a empresas como Hewlett-Packard (HP), Apple, Adobe, Yahoo, Google, Uber, Airbnb, Tesla, etc. Silicon Valley pronto se convirtió en la tierra prometida para todas las empresas de tecnología.

Apple Park en Cupertino.

Sin embargo, desde 2015 el sueño californiano comenzaba a dar las primeras señales de alerta con la salida de HP, una de las primeras empresas que se establecieron ahí.

La razón: al incrementar el número de empresas en la zona y ante la llegada de un gran número de empleados con gran poder adquisitivo, los precios de la vivienda y del día a día comenzaron a encarecerse a niveles tales que, en caso de HP, la decisión fue mudar la empresa a Houston para “retener y atraer talento”. 

Al igual que HP, más empresas como Dell y Tesla han decidido o considerado salir de Silicon Valley también por la misma razón de que California es la ciudad estadounidense más cara para vivir.

Creo que vi a varios lindos unicornios

Ver cómo durante los últimos años Silicon Valley se llenó de pequeñas, medianas y grandes empresas tecnológicas con el sueño de convertirse en unicornios (empresas valuadas en más mil millones de dólares) se hizo más común. 

Con ello, los grandes grupos de inversionistas, sobre todo los que se enfocan en riesgos, vieron con buenos ojos el depositar su dinero y confianza en muchas de estas empresas en busca de que alguna de ellas se convirtiera en otro unicornio más de Silicon Valley.

Además de realizar fuertes inversiones en estas empresas, continuaron haciéndolo con aquellas que ya llevaban un tiempo siendo referentes en la industria de la tecnología y el entretenimiento.

La aspiración se convertirse en un unicornio financiero ha sido una de las razones del fin de la tecnoutopía.

Hoy en día, muchos inversionistas expertos comienzan a ver en estas estrategias movimientos de un alto riesgo e irresponsabilidad debido a la volatilidad actual de los mercados y a los cuestionamientos que se le han hecho constantemente a los fundadores de algunas de estas empresas como lo fue en el caso de Mark Zuckerberg y las filtraciones de Facebook hechas por la empleada Frances Haugen.

Pandemia: plataforma de despegue o crónica de una tragedia anunciada

A decir verdad, desde antes de la pandemia por Covid-19, empresas como Facebook, Uber y Airbnb comenzaban a ser protagonistas de ciertas problemáticas sociales y “escándalos” en todo el mundo.

Pese a ello, la pandemia pareció ser el pretexto ideal para dar el siguiente paso de nuestra vida digital con la llegada del visionario Metaverso de Mark Zuckerberg.

O, de otro modo, el confinamiento auguró el escenario ideal para que justo las empresas dedicadas a la tecnología, al entretenimiento y a las ventas en línea crecieran debido a las alternativas que ofrecían tanto para evitar el contacto, como para garantizar la llegada de más y más contenidos.

Impulsado por tan prometedor futuro, las contrataciones y aperturas de nuevos departamentos no se hicieron esperar.

Facebook ha sido blanco de múltiples críticas sobre todo por preferir beneficios económicos sobre la privacidad de sus usuarios.

La apuesta por la Inteligencia Artificial y nuestra vida en el metaverso creció y nos regaló, por algunos momentos, la posibilidad de habitar todas esas experiencias que sólo en la ciencia ficción creíamos posibles.

Sin embargo, tan pronto como el mundo fue saliendo de su pausa, la realidad comenzó a caer por su propio peso. Más que adoptar las compras en línea y más que buscar una vida totalmente digital, las personas deseaban regresar a su vieja normalidad.

Cuando el escenario no podía ser peor, la situación económica del mundo después de la pandemia se vio otra vez afectada por los conflictos políticos internacionales que, una vez más, golpearon el crecimiento de estas empresas.

¿Recesión inminente?

Así, la caída del sueño de Silicon Valley, el aumento desmedido de empresas tecnológicas, las fuertes apuestas por su crecimiento y su futuro, terminaron por marcar el camino del declive que estamos viendo hoy en día. 

Twitter, a manos de Elon Musk, ha despedido a todo su equipo en México, Meta tuvo que dar salida a más de 11 mil empleados en todo el mundo y su metaverso hoy sólo es casi un vago recuerdo. 

La administración de Elon Musk sobre Twitter ha creado polémicas en torno a la seguridad y libertad de expresión.

Siguiendo esta tendencia, Amazon se prepara para recortar al 3% de sus más de 1.5 millones de empleados en todo el mundo y el director ejecutivo de Disney, Bob Chapek, esta semana anunció que se avecinan recortes en personal y presupuesto pues este último trimestre la compañía de Mickey Mouse reportó sus ingresos más bajos en 20 años. 

A manera de oráculo, inversionistas y directivos creen que estas medidas predicen una fuerte recesión mundial durante los próximos años, o tal vez meses. Lo que no depende de la magia del destino, es la realidad de que hoy miles de empleados en todo el mundo han perdido sus trabajos a causa del desvanecimiento de esta tecnoutopía. 

El sueño se acabó, ¿y luego? 

Desde principios del siglo presenciamos el gran crecimiento de las empresas tecnológicas y las hemos visto desarrollarse y caer. Sin embargo, ¿realmente el sueño ha terminado? 

Aunque todo indica que sí, aún hay mucho por recorrer. Facebook, Twitter, WhatsApp, Uber, Airbnb, Disney, entre otras, han marcado toda una época. Pero desaparezcan o no, otros nuevos proyectos llegarán para acompañarnos en nuestra vida digital. 

Hoy, por ejemplo, aplicaciones como BeReal, Mastodon, Telegram o WeChat son las alternativas más buscadas por los usuarios en esta nueva etapa tecnológica que se avecina. 

Las lecciones que deben aprender estas nuevas empresas son muchas y deben responder a unas nuevas realidades y sensibilidades porque el mundo que vio nacer a Facebook y Twitter no es el mismo y los usuarios buscan cosas distintas. Así, nuestro mundo digital se encamina para ser uno más colaborativo y en el que se apremia la seguridad y la privacidad. 

Así que a grandes rasgos la claves estará en enfocarse en las experiencias que éstas brinden a los usuarios de una manera más democrática en vez de que privilegian a las empresas y a la ambición. 

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