Re-Evolución Lingüística: el lenguaje como postura política

Re-Evolución Lingüística: el lenguaje como postura política

En estos tiempos de cambios culturales, lo que nombramos y la manera en que lo hacemos tiene más peso que nunca. La tensión entre usar el lenguaje para nombrar a todas las personas y seguir haciéndole caso a la RAE está creciendo cada vez más. 

En esta energía que forma parte de nuestro Trend Forecast 2022, exploramos el uso del lenguaje como postura política y reconocimiento de las identidades.

El debate en plataformas digitales

La conversación que rodea el lenguaje empezó a generarse en redes sociales y se expandió a ser un tema que se aborda en la vida cotidiana y ya ha llegado incluso hasta los medios tradicionales como la televisión y la publicidad.

Como en todo, hay quienes defienden a capa y espada el uso tradicional de la legua, argumentan sobre reglas gramaticales y la real lengua española. Pero las posturas que buscan ampliar en lenguaje intentan visibilizar las luchas detrás de estas iniciativas.

Lenguaje no binario

La lengua española está generalizada, lo cual significa que antes de que fuera cuestionada por el movimiento feminista, un lenguaje masculino nos definía a todos, todas y todes en “general”. 

Los pronombres personales son utilizados para referirse a las personas no binaries o con identidades de género diversas y son importantes sobre todo para poder representarles más allá de la cis-heteronormatividad. El lenguaje, también abre barreras hacia la diversidad.

Lenguaje antiespecista y antiracista

El lenguaje busca visibilizar distintas luchas. El cuestionamiento a las palabras y expresiones que han sido normalizadas por años y que refuerzan comportamientos violentos, es una de las principales razones para seguir desafiando a estas normas académicas.

El lenguaje antirracista, por ejemplo, intenta desnormalizar la violencia que se ejerce a veces inconscientemente por las personas racializadas.

Las batallas del lenguaje defienden darle un lugar a todas las personas y que la manera de nombrarse sea parte de esa autoexpresión, de ese deseo de realización de ser lo que cada quien quiera ser. Esto cobra cada vez más fuerza y sus manifestaciones son muy claras en redes sociales y en la manera en que la gente habla en su cotidianidad. 

A pesar de quienes se oponen a aceptarlo, hoy sabemos que el lenguaje es algo vivo y que se transforma paralelamente a los cambios culturales. El espíritu de la época se ve reflejado también en las palabras y expresiones que se apropian y se dejan en cada década. 

Es importante entender lo que está sucediendo en el mundo, el lenguaje es solo una muestra de ello. Resistirse al lenguaje es negarse a entender el presente. Las marcas deben considerar la sensibilidad de este tema y saber que a través del lenguaje se renuncia o abraza a nuevos grupos de consumidores. ¡Y ojo! No todo se resuelve escribiendo una “e”. 

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