Activismos generacionales: las consecuencias de unos girasoles con sopa

Activismos generacionales: las consecuencias de unos girasoles con sopa

Activismos generacionales: las consecuencias de unos girasoles con sopa

¿Qué tienen en común las pinturas Los Girasoles de Vincent Van Gogh, Meules de Monet y el busto de Carlos III? Bueno, más allá de que evidentemente son obras de arte, también comparten una nueva característica: en menos de dos semanas han sido vandalizadas. 

Con ello, se han generado una gran serie de preguntas sobre el cambió climático, el activismo, el valor del arte y las preocupaciones de la humanidad durante los siguientes años.

Grupo de activistas protestan contra el cambio climático.

Sin embargo, estos hechos nos hicieron ver una confrontación que no podemos pasar por alto: las diferencias generacionales entre, sobre todo, Millennials y Centennials. 

Las diferentes generaciones que actualmente se encuentran en activo.

Preámbulo a la Guerra del Puré y de los Tartazos

Recientemente, un par de eventos nos hicieron pensar, entre otras cosas, sobre esta guerra generacional. Es decir, sobre las diferentes formas en las que las diversas generaciones viven y abordan los cambios que estamos experimentando actualmente. 

El primero de ellos fue la protesta que hicieron un par de activistas del grupo Just Stop Oil al arrojarle una lata de sopa de tomate a la pintura Los Girasoles del pintor holandés Vincent Van Gogh en la National Gallery de Londres. 

Integrantes de Just Stop Oil después de arrojar sopa de tomates sobre la pintura de Van Gogh.

El segundo ocurrió tan sólo unos días después. Una vez más dos activistas, ahora del grupo activista alemán Última generación, arrojaron puré de papa a la obra Meules de Claude Monet que se encuentra en el Museo Barberini de Potsdam, Alemania.

Y el último de ellos tuvo lugar en el museo de Londres, Madame Tussauds, donde nuevamente dos activistas de Just Stop Oil tiraron un par de tartazos al busto de la figura de cera del Rey Carlos III.

Momentos posteriores a los tartazos que recibió el busto de Carlos III

Todas estas manifestaciones tienen un fin en común: levantar la voz y llamar la atención sobre el problema del cambio climático. También tienen una característica en común: los “lanzadores de comida” son, en todos los casos, jóvenes de la Generación Z.

¿Guerra generacional?

Durante los primeros minutos después de estas protestas, en las redes sociales ya circulaban un montón de comentarios y cuestionamientos respecto a los hechos. Centrémonos sobre todo en el primero, el de la sopa de tomate. 

Lo que más se podía leer entre los usuarios de redes sociales era un descontento generalizado por el terrible acto terrorista de arrojarle sopa de tomate a una pintura de millones de dólares. 

En segundo lugar, comenzaron a aparecer comentarios respecto a la “congruencia” entre la acción y el discurso que había detrás de la protesta. Por último, y los más pocos, celebraban la forma y la valentía de esas dos chicas que con tan sólo una lata de tomate y un poco de pegamento pusieron de cabeza, por unos días, las redes.

Entre los comentarios de desaprobación se podía encontrar algo en común: la mayoría de ellos provenían de usuarios precisamente Millennials y Generación X. Lo que ocasionó que sin duda pensaramos en el cómo los diversos grupos generacionales están viviendo y experimentando las transformaciones mundiales. 

Mientras que los más jóvenes toman acciones más “irreverentes” no ya para enfatizar la protesta sino para llamar la atención a un problema que una y otra vez otras generaciones prefirieron darle la espalda, los más grandes ven con incredulidad el reclamo y deciden centrarse en el valor millonario de una obra de arte y en el “poco seso y ridiculez” de las activistas.

Como vemos, las prioridades son distintas. 

Las prioridades de las distintas generaciones son muy diferentes.

Armisticio generacional

A pesar de las diferencias que estos hechos han dejado ver entre las diferentes generaciones, lo más importante es preguntarnos: ¿es esta realmente la guerra que debemos luchar? 

Es decir, ¿realmente debemos centrarnos en las diferencias entre jóvenes y viejos? Sí, cada generación es particular y cada una ha vivido en un mundo determinado por diferentes circunstancias. 

Y sí, quizá los Millennials y los Centennials son las generaciones más deprimidas que jamás hayan existido debido a las decisiones que el sistema obligó a sus padres y abuelos a tomar años atrás.

Si estas nuevas generaciones son consideradas como las más depresivas, es porque han visibilizado y tratado el tema de la salud mental mucho más que sus predecesoras.

Pero quizá, los más jóvenes necesiten escuchar a los mayores para aprender desde la empatía sobre los porqués de sus decisiones y evitar cometer los mismos errores. Y los mayores deberían escuchar a los jóvenes para reaprender y desolvidar tantas cosas. 

El enemigo no yace en el pasado, sino que se aproxima en un futuro que, seamos viejos o jóvenes, nos va a afectar a todos por igual. Así que quizá fortalecer vínculos entre generaciones nos dará la posibilidad de afrontar los nuevos retos desde un mejor lugar.


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