El Sol Naciente consume a Occidente: la asianización de la cultura

El Sol Naciente consume a Occidente: la asianización de la cultura

El Sol Naciente consume a Occidente: la asianización de la cultura

Desde hace algunos años la cultura oriental, sobre todo la china, japonesa y coreana, ha tenido un repunte de este lado del Océano Pacífico. Podemos decir que una gran ola cultural nos ha llegado desde las zonas del Sol Naciente y ha logrado una asianización de la cultura occidental.

¿Novedad o consecuencia? 

Aunque parezca que este “boom” de la cultura oriental en Occidente es nuevo, lo cierto es que no es el primero.

China lleva varios años consolidándose como una potencia económica mundial que ya ha puesto en predicamentos a la economía más poderosa del mundo, la de Estados Unidos. En cifras, este país asiático es el único cuya economía ha crecido un 10% sostenido desde 1980.

El contacto entre Oriente y Occidente tiene sus raíces, por ejemplo, en la ya famosa Ruta de la Seda.

Esta famosa icónica ruta original unía desde las islas más remotas del mar de Java, pasando por las costas africanas, hasta la Europa meridional. 

Sin embargo, los conflictos bélicos entre los países de la zona y los gobiernos autoritarios generaron que estas naciones cerraran sus puertas hacia la globalización.

El contacto cultural entre Oriente y Occidente se solidificó gracias a la Ruta de la Seda.

Asolados después por las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, la zona asiática se encontraba en una situación complicada. Pero también gracias a ello, las economías de estos países comenzaron un crecimiento acelerado tan sólo unos años después. 

Ya para la década de los 80 del siglo XX, China, Japón y Corea del Sur mantenían políticas de apertura con sus relaciones internacionales.

Gracias a ello descubrieron el gran valor comercial que tenían las producciones culturales e idearon estrategias para conquistar Occidente a través de ellas.

Soft Power o el poder de la cultura

Banner de soft power para política y dominio.

En 1990 el autor, geopolitólogo y catedrático de Harvard, Joseph S. Nye, Jr., publicó su libro Bound To Lead: The Changing Nature Of American Power. En ´él postuló uno de los conceptos que durante los últimos años más fuerza ha adquirido en el estudio de las relaciones internacionales: el soft power o poder suave.

Con este concepto Nye representa la manera en la cual el Estado persuade y controla a otros sin utilizar la coerción o la violencia (hard power). En cambio utiliza los medios culturales para ello.

Incluso hoy en día existe un índice que muestra el nivel de soft power que tienen ciertos países. Dentro de los primeros 30 se encuentran China, Japón y Corea. Ésta última, para 2019 (fecha de la última publicación del índice) había trepado algunos lugares.

Unos animes y doramas para gobernarlos a todos

El sociólogo e investigador norteamericano, Georges Ritzer, asume que el estudio de la globalización es también el estudio sobre la comunicación global a través de medios como la televisión e internet.

Sumadas, la visión de Nye y de Ritzer nos ayudan a comprender por qué de pronto los productos culturales de Asia comenzaron a tomar mucha fuerza en los países occidentales.

Georges Ritzer

Las series coreanas k-dramas o doramas han tenido un impacto igual de importante. Para 2021, Netflix tenía en su catálogo un total de 80 series y películas provenientes de esas latitudes. También, recordemos el éxito abismal que tuvo la película coreana Parasite, que incluso ganó el Óscar como Mejor película extranjera en 2020.

Y por último, pero no por eso menos importante, los números del anime japonés siguen a la alza. Según el estudio Animation Landscape Update: Spotlight on Anime publicado por Parrot Analytics, el consumo del anime creció exponencialmente durante el 2020 y 2021. 

En Estados Unidos, por ejemplo, la demanda de anime aumentó un 100%, en Canadá un 32%, en Reino Unido un 27%, cifra similar a la de Alemania y, en México, creció un 26%.

El rey de la música será coreano

En la música, el k-pop o pop coreano es el rey. En 2019, las reproducciones a nivel mundial de este estilo de música aumentaron un 263%. Y tan sólo el sencillo Dynamite de BTS dejó un derroche económico en Corea del Sur de más de 1,200 millones de dólares.

Asimismo, en 2021, según las estadísticas de Twitter, el tema del k-pop alcanzó los 7.8 mil millones de tweets, posicionándose como uno de los temas más recurrentes en todo el mundo. Y entre los países con más fans se encuentran, entre otros: México, Reino Unido, Estados Unidos, Brasil y Francia.

El Sol Naciente salió para todo el mundo

Siguiendo estos números y las tendencias más actuales, podemos concluir que, en efecto, las historias y la cultura asiática está encandilando a los consumidores occidentales. A través de las series, películas, animes y música.

El estilo de la cultura de Japón, China y Corea tiene más seguidores en Occidente.

Su influjo en la cultura occidental podemos rastrearlo con mayor fuerza a partir de la década de los 80 y este gran “boom” que vemos hoy en día es sólo una consecuencia de todo el trabajo en políticas culturales e internaciones que las potencias asiáticas han implementado para conquistar a todo el mundo.

Recientemente, Los Simpson, icónica serie para público estadounidense anunció que hará un homenaje al anime Death Note, muestra de que cada día más los productos culturales de oriente están transformando nuestras vidas y las formas en las que entendemos cosas tan esenciales como la belleza y el entretenimiento.

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