Apropiación cultural, racismo y sexualización en los disfraces de Halloween.

Apropiación cultural, racismo y sexualización en los disfraces de Halloween.

Halloween es el día del año en que mucha gente se atreve a caracterizarse de algo diferente a cómo lucen en el día a día dando lugar a una gran diversidad de disfraces y maquillajes de todo tipo.

Sin embargo, también es un mundo que da pie a conductas que hoy en día están fuera de contexto y que early adopters de nuevas generaciones comienzan a cuestionar: apropiación cultural, racismo o sexismo.

Apropiación Cultural

Año con año vemos a personas disfrazarse de diferentes personajes, pero, ¿cómo se cruza la no tan delgada línea de la apropiación cultural?

Al usar como disfraz ciertos elementos, vestuarios, peinados o maquillaje que forman parte de una cultura, no solo es apropiación, también es considerado una falta de respeto, pues la identidad de esta cultura o tradición se pierde para convertirse en un estereotipo o en una burla al usarse como caracterización.

Este problema ha causado tanto revuelo en los últimos años, que redes sociales como Pinterest, que es bien conocido por dar ideas para disfraces y decoraciones de Halloween, desde el 2020 implementó un plan de concientización sobre la apropiación cultural.

Cuando se hace una búsqueda sobre ideas de disfraces y el algoritmo detecta que puede ser ofensivo, no se recomiendan nuevas ideas, sino que aparecerá una tarjeta de información con enlaces a información educativa e ideas de disfraces culturalmente apropiados.

Usar penachos y simular ser una persona indígena, ponerse un kimono para caracterizarse de una geisha o llevar puesto un Wahine fingiendo ser «Hawaiana» o «disfrazarse de cholo, es por sí solo problemático y lo es aún m´ás si se ignora la violencia que reproducen las personas que pertenecen a estas culturas y subculturas gracias a los estereotipos.

Racismo

Algo similar sucede con el «Blackface«, este término que hace referencia a cuando personas caucásicas y no racializadas, se maquillan la cara para representar a una persona negra.

Esta práctica es sumamente racista y ofensiva, pues en el siglo XIX era utilizada para ocultar la trata de esclavos, haciéndoles pasar como personas felices.

Las personas racializadas han sufrido una violencia sistemática por su color de piel, así que resulta problemático que alguien se pinte la cara, ignorando o no importando el contexto de lo que eso significa.

Desafortunadamente, la noche de brujas es una ocasión que aún hoy en día, sigue suscitando a esta práctica a pesar de la concientización que se ha intentado hacer al respecto.

Sexualización

Este año, las mujeres han hecho llamados en redes sociales para evitar disfrazarse de profesiones que son una realidad de muchas mujeres bajo un enfoque sexualizado. Trabajos que son la fuente de ingreso para muchas y convertirlos en disfraces es normalizar la sexualización que viven en la vida real.

La «Enfermera Sexy» «Policia Sexy» y sobre todo las «Colegialas traviesas», no son un disfraz, pues es fomentan la sexualización de estudiantes y menores de edad y alimentan esa visión sexista que se tiene tan normalizada.

La petición es simple: cuestionar por qué estas profesiones, específicamente en mujeres son considerados un disfraz y sobre todo, un disfraz sexualizado.

Las necesidades sociales alcanzan a todos los ámbitos, hoy más que nunca existe la urgencia de entender que las culturas, la melanina y las profesiones no son un disfraz. Existen muchas maneras de ser creativxs para estas fechas, pero definitivamente el racismo, la apropiación cultural y la sexualización, no son una opción.

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